Buenos Aires es una ciudad que me toca demasiado profundo como para hacer un artículo genérico. Permítanme que me deje llevar, y plasme mi experiencia de vida en esta pequeña guía de viaje.

Buenos Aires, ciudad mágica

El primer plano de Buenos Aires se realizó tal como las leyes de India prescribían para las ciudades americanas: En forma de tablero de damas: Casi 400 años después sigue siendo el centro comercial donde reina un perfecto y maravilloso caos.

Tráfico, bullicio, actividad compulsiva, café, periódicos, maganda, batanes, cauchos, espuelas de plata, nostalgia, esperanza.

El alma en vilo de todo porteño que se precie pulula por la más gigantescas de las capitales hispanoamericanas.

Buenos Aires: Ciudad de esquema, equidistancia de aire azul, de calles entre abiertas hacia un río, así describe la poetisa Nélida Salvador esta urbe sorpresa de América Latina. La segunda de habla hispana que estira sus caderas en sus más de 200 km de superficie. Albergue sudorosa, por la humedad de su clima a casi 3 millones de personas.

El turista observa la carencia de una personalidad definida por qué Buenos Aires es el fruto de una idea compartida, dónde franceses, italianos, ingleses y españoles alemanes árabes y judíos colocaron un decorado arquitectónico variado y de gran categoría. El visitante puede oler la mezcla de perfumes, las flores de Jacaranda y las facturas (bollería).

¿Qué ver en Buenos Aires?

Es prácticamente imposible ver todo Buenos Aires en unos días. Pero hay ciertas zonas ineludibles por donde vale la pena vagabundear. San Telmo, el barrio más antiguo merece la pena aunque tan solo sea por visitar su feria de antigüedades. El resto de la semana, beber y cantar en sus pubs y locales tangueros.

La Boca, pequeña Italia, con callejuelas pintorescas como la Caminito.

Visita obligada: La casa del pintor Quinquela Martin, el Museo de Bellas Artes de La Boca, la iglesia de Nuestra Señora de los inmigrantes, y al lado, contrastando, el teatro caminito. Para cenar y bailar, nada mejor que sus cantinas con gastronomía y música italianas.

También vale la pena un paseo por el barrio norte: Mejor arrancar de la plaza de San Martín y tomar por Santa Fe hasta Uruguay.

Un bar en caminitoLa Boca y La Bombonera

En Barracas y Nueva Pompeya, conocido temas musicales, antes los mataderos. Ilustres viajeros ingleses, gustaban presenciar el degüello de las reses.

Está región daba entonces una fetidez peculiar a Buenos Aires Sur. Un olor a saladero y sangre, y despojos. Contrastaban con el vaho de pescados y geranios provenientes de La Boca. En este barrio aún divaga la gracia, abuelas con vestidos de percal y los canillistas que pregonan el periódico. Barrio jovial y hospitalario, reducto de inmigrantes italianos.

Surgió como contrapartida a la otra Buenos Aires norte que se desarrollaba ajustada a los dictados de Inglaterra por 1890. El conventillo era un barrio dentro de un barrio como diminutivo criollo del lúgubre convento. Si bien hoy los resucitaron como talleres de plásticos o lugares de música rock, fueron y todavía son algunos la muestra de miseria, entonces, dónde hombres heroicos descubrían que no siempre América era el paraíso. ¿Dónde andará Pancho Alsina? ¿Dónde andará Balmaceda? Yo los espero en la esquina de Suárez y Necochea: este verso de un famosos tango nombra a la principal esquina de La Boca.

En La Boca el visitante puede sentirse sobrecogido ante la tacita y tremenda acusación del inmigrante. Revelando en cada color, vivienda la superioridad: Convirtió la penuria en arte. Cada puerta ha elegido para el estucado de su fachada un tono recuerda a la isla de Murano en Venecia.

El estadio de fútbol del Boca Juniors, poner a por tus formas arquitectónicas, aglutina la hinchada más numerosa y fanática de América Latina. Ser forofo del Boca es una manera de vivir. Para ellos nos representa un juego, una religiosa: Se entra en catarsis y la pasión no tiene límites. Ya no juega Maradona pero otros nombres escribe en cada domingo la Odisea mágica del club.

Congreso de la nación

El lugar del parlamento argentino, el edificio del Congreso Nacional, está situado al final de la Avenida de Mayo. En el extremo opuesto de la misma avenida tenemos la Casa Rosada, las oficinas presidenciales. Los planos iniciales fueron dibujados por el arquitecto italiano Vittorio Meano y terminados por el arquitecto argentino Julio Dormal.

La construcción comenzó en 1898 y sólo se terminó parcialmente en 1906 cuando el presidente José Figuero Alcorta la inauguró. Los turistas, así como el público en general, pueden obtener una visita guiada por el Congreso Nacional todos los días de la semana excepto los jueves. El recorrido muestra a los visitantes la Cámara de Diputados, y la biblioteca que se destaca por sus paneles de madera de nogal tallados a mano.

Consejos para preparar tu viaje

Mejor época para viajar

Los mejores meses para viajar a Buenos Aires son, para nosotros, Marzo Abril y Mayo, y también Septiembre Octubre y Noviembre. El resto del año el clima puede ser muy duro, y si tenemos mala suerte, la climatología puede arruinarnos el viaje.

Visados y documentación

Para poder viajar a Argentina desde España sin problemas no es necesario el visado, pero sí hay otros requisitos que tendrás que tener en cuenta. Puede que no tengas que presentarlos todos, pero es recomendable (obligatorio diríamos) tener billete de ida y vuelta, poder demostrar un presupuesto de al menos 50€ por cada día de estancia y un seguro sanitario que cubra hasta los veinte mil euros.

Con el permiso de turista podrás estar hasta 90 días en el país argentino.

Presupuesto y dinero

Comparado con Europa, Buenos Aires no es una ciudad excesivamente cara. Para que te hagas una idea, podrás tomarte un café por poco menos de 1 euro, encontrarás hoteles más que decentes por unos 40 euros la noche y una cena en la calle te podrá salir entre 7 y 10€ (recuerda que tendrás que hacer el cambio euro peso argentino).

Si vas a planificar tu viaje con antelación, puedes aprovechar para salir ganando con el cambio de moneda. Estate atento/a a las fluctuaciones de las divisas y hazte con una reserva de pesos argentinos para utilizar durante el día a día.

Haciendo la maleta

Ropa adecuada: dependerá mucho de la estación del año en que viajes, y sobre todo del destino. En Buenos Aires no tendrás temperaturas extremas, pero el invierno no es fácil del todo.

Medicamentos: es un viaje largo, y puede ser que sufras un poco de jet lag, no está de más llevar algún paracetamol por lo que pueda pasar. Y si pretendes moverte por el país hacia zonas más exóticas (Iguazú, Tierra de Fuego) no te olvides del repelente de mosquitos.

Una buena guía de viajes: digital o física, te recomendamos que te apoyes en una buena guía de viaje para no perderte nada.

Cámara de fotos: Si eres aficionado/a a la fotografía, en este viaje merece la pena sacrificar un poco de espacio en la maleta para tu equipo de fotografía. Los vuelos transatlánticos suelen permitir bastante equipaje con el billete, así que tendrás espacio para tu cámara.

Espero que este artículo te haya sido útil si estás pensando visitar esta hermosa ciudad, protagonista de tantos momentos históricos. Por mi parte, solo puedo animarte una vez más a dar el paso ¡No te arrepentirás!

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