Jaén, ese gran desconocido, presenta un enorme potencial paisajístico, histórico y monumental que elevan a esta provincia como un importante destino de turismo interior. Tierra de olivares, con una densidad casi abrumadora, Jaén mantiene su tradicional sencillez e intacta la belleza de sus pueblos y ciudades.
Situación y Geografía
La capital, armonía entre sierra cristiana y cal árabe, está dominada por el Cerro de Santa Catalina, donde se levanta la cruz que perpetúa su conquista a manos de Fernando III.
Desde este alto desciende entre tortuosas callejas el barrio de la Magdalena, ejemplo vivo de la mejor arquitectura popular andaluza. La iglesia que le da nombre es el monumento más importante del barrio. La más antigua de Jaén, posee estructura gótica y patio árabe, con una alberca que sirvió para realizar las abluciones en la mezquita que la precedió.
El barrio de San Juan amplía el núcleo histórico. Con agradable sabor morisco, no carece de la austeridad castellana. El real convento de Santo Domingo, edificado sobre un antiguo palacio musulmán, es uno de los edificios más interesantes del barrio. De todo el conjunto de monumentos, es el de la Catedral el que tiene más solera.
Baeza, importante hito por su legado arquitectónico, está a 50 kilómetros de Jaén. Renacentista, acoge la Casa del Pópulo, bello edificio plateresco, y la Antigua Carnicería, que luce en su fachada un espléndido escudo de Felipe II. Ya en el interior del pueblo, la plaza del mercado viejo se conforma como escenario de las fiestas. Aunque es el Palacio de Jabalquino el edificio más representativo de tanta riqueza artística con su estilo gótico-isabelino.
Úbeda, resguardada en el suave descender de su loma, muestra un espectacular conjunto renacentista. La plaza Vázquez de Molina constituye el mágico resumen de la monumentalidad de toda la población. La capilla del Salvador fue concebida como templo funerario. El Palacio de las Cadenas. otro importante edificio hoy sede del ayuntamiento, enfrenta su portada a la Colegiata de Santa María de los Reales Alcázares.
Perderse por Úbeda, callejear por esta señorial ciudad, nos traslada a su pasado cortesano. Pero Jaén no es solo belleza arquitectónica, pues posee la mayor superficie de espacios protegidos en España.
¿Qué ver en Jaén?
Naturaleza y espacios protegidos
Sierra Magina
Atalaya jienense, aúna el interés paisajístico con el botánico y zoológico. Posee un relieve abrupto en el que alternan las elevadas paredes rocosas con profundos barrancos. Olivos y cerezos polarizan la mayor parte del parque en terrenos de cultivo, eb tabti encinas y quejigos se reparten la zona.
Muestra un gran mosaico de especies vegetales que conforman un completo vergel, por donde las águilas perdiceras realizan acrobáticos vuelos.
En este hermoso panorama se eleva el pico Mágina, el mayor de la provincia. Entre él y el cerro Cárceles, suaves ríos parecen dispersarse en pequeños caudales. Pero Sierra Mágina también se muestra a través de sus villas.
Despeñaperros
Como un enorme tajo en la uniforme Sierra Morena. Así se presenta Despeñaperros, la entrada natural a Andalucía desde la meseta castellana. Resultado de la eterna lucha entre la piedra y el agua surge este parque, duro y agreste, donde la roca desnuda se expone a los vientos más aguerridos.
Parque donde la vegetación autóctona de encimas y alcornoques se confunde con las repoblaciones de pino piñonero, acoge especies animales propias del matorral mediterráneo. Ginetas, garduñas, gatos monteses y , en ocasiones pasadas hasta lobos y linces.
Entre los aspectos culturales destaca uno de los más interesantes santuarios ibéricos existentes, situado en la localidad de Santa Elena. Las paredes del desfiladero , en un gran despliegue paisajístico, dotan al parque de inusuales y extrañas figuras.
Entre éstas destaca el paraje conocido como “Los Órganos” en el que algunas rocas adquieren forma de gigantescos tubos.
Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas
Nacimiento del Guadalquivir, este parque está tapizado por un singular mosaico donde roca, encima y pino comparten protagonismo paisajístico con la imperecedera agua.
Siendo el mayor de España, este parque está conformado por una importante cadena montañosa que actúa de bisagra entre Sierra Morena y la Cordillera Bética, cerrando por el este la depresión del Guadalquivir.
Numerosas elevaciones, separadas por profundos tajos, se entrecruzan y superponen, dando lugar a un relieve extrañamente abrupto. Sus pueblos refuerzan la belleza del parque. Cazorla, el más conocido, es un hermoso laberinto de rincones, de amplias plazas y casas blancas y enrejadas.
Muy cerca está La Iruela, cuya atalaya forma un increíble conjunto con la roca. Quesada, pueblo típico andaluz, está rodeado por un impresionante paisaje montañoso, mientras Segura de la Sierra, en la parte oriental, se pasea entre empinadas calles y doradas piedras. Hornos, desde su cerro, se asoma al pantano del Tranco.
Sierra de Andújar
En pleno corazón de Sierra Morena, alberga las más extensas manchas de bosque original de toda la cordillera. Sus perfiles poco abruptos se reparten un territorio cuya cuota más alta asciende a 1290 metros, el Burcio del Pino.
Las diferentes características del terreno han dado lugar a suelos poco profundos en los que se establece la típica dehesa, evolución del bosque mediterráneo debido a la acción humana. Los árboles más representativos son los pertenecientes a la especie Quercus: encinas y alcornoques se elevan sobre las solanas, en tanto dejan al quejigo las zonas húmedas de las umbrías.
Pero entre todos ellos, es sin duda la encina el más abundante. Sus oscuros verdes producen gran cantidad de bellotas. Es gracias a esta especie el que se hayan mantenido las importantes poblaciones de jabalíes, ciervos y gamos que tanta fama proporcionaban a los cotos de caza existentes en este espacio protegido.
Paradójicamente (y tristemente), la excelente conservación del parque ha sido posible en buena medida a la gestión de los cotos de caza más emblemáticos: el de Selladores y el de Contadero. En cuanto a sus villas, en Baños de la Encina se puede visitar su castillo de la época califal, la iglesia y la ermita del Cristo del Llano, Villanueva de la Reina y Marmolejo, que son dignos de un paseo.
Ándujar, el pueblo más importante, goza de varios puntos de interés, como los restos de la muralla árabe con torreones del Siglo XII, la Casa de los Cárdenas y el Palacio Municipal. Aquí también se puede encontrar artesanía en cerámica, alfarería y mimbre.
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Principales Pueblos de Jaén
Éstos pueblos son atractivos por sí mismos, donde castillos cristianos conviven con iglesias mudéjares. Albanchez de Úbeda aparece rodeada de montañas. Posee lugares muy llamativos como Hútar, agradable espacio donde nacen varias fuentes. El Aguadero, gran paisaje para los excursionistas, y la Caldera del Tío Lobo, profundo cauce entre rocas.
En Bélmez de la Moraleda se encuentra el Parque del Nacimiento, con sauces llorones dispuestos entre acequias. Cambil, escondido en un valle, muestra una preciosa iglesia del Siglo XVI, la de Nuestra Señora de la Encarnación. Huelma, por su parte, acoge un bello casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico, en tanto que Jimena, pueblo antiquísimo, nos brinda su castillo del siglo XI y las cuevas de la Granja y del Morrón, con pinturas prehistóricas.
Jódar, con su antiguo castillo, Pegalajar y Torres son tres de los pueblos que nacen en esta sierra, cuya importancia y valor merecen una visita.
Pegalajar: un pueblo entre olivos y sombras árabes
Este bellísimo pueblo andaluz, situado en la comarca de Sierra Mágina, al sur de la provincia de Jaén y muy próximo a su capital, se encuentra enclavado al pie de la Serrezuela de Pegalajar, en un terreno muy accidentado y calizo. Está inclinado hacia el Valle del Río Guadalbullón, por donde transcurría una importante Vía Romana llamada Cástulo y construida por Augusto.
Los primeros signos de vida son restos prehistóricos localizados en la Cueva de los Majuelos, donde han aparecido restos humanos junto con hachas de piedra pulimentada, puntas de flecha de bronce, útiles de hueso y silex y cerámica.
Con la invasión árabe de España en el año 711, Pegalajar se constituye en una Fortaleza Árabe alrededor de cuyos muros se fue extendiendo una villa de casas apinadas. Aún quedan restos del castillo y de algunos trozos de muralla, resultando especialmente representativo el Arco de la Encarnación, que en época árabe era la puerta del camino de Jaén.
Su Iglesia Parroquial, que aún conserva la parte superior de un interesante retablo plateresco, es de trazos renacentistas y se construyó sobre las ruinas de un templo anterior a la Reconquista. Su esbelto campanario se alza sobre la antigua torre del homenaje.
En 1605 se construyó una fuente en el manantial de agua que abastece al pueblo, conocido como Fuente de la Reja dedicado a la advocación de la Virgen de Gracia, cuya ermita se alza sobre el nacimiento del agua.
El derrame de esta fuente alimenta una singular laguna, que se ha ido remodelando con el paso del tiempo. A mediados del siglo XIX se embellecieron los alrededores y en 1903 fue aprobado un proyecto de amurallamiento, pasando a denominarse entonces La Charca. Hoy es posible navegar con modernas barcas bajo agradables temperaturas, características de Pegalajar y su rica zona de influencia.
La historia moderna de la Villa de Pegalajar ha girado en torno a su conjunto de elementos Fuente-Charca-Huerta, que constituye el patrimonio más preciado de Pegalajar, sus principales señas de identidad y aquello que lo ha distinguido y diferenciado a lo largo de su historia.
El encanto de un pueblo esencialmente agrícola que ha vivido del cultivo del olivar tradicional y, casi a la par, de los cultivos hortofrutícolas.
Cazorla: no solo un parque natural
Cazorla, mundialmente famosa por el parque natural del mismo nombre es un destino ideal para viajar con toda la familia. Esta localidad al este de Jaén dividido en comarcas presume por supuesto de un parque natural declarado reserva de la biosfera, pero además cuenta con un casco antiguo en el que podremos visitar castillos, algunos museos y zonas de gran belleza en su casco antiguo, como las ruinas de Santa María.
Si optamos por “echarnos al monte”, podremos disfrutar de naturaleza salvaje en estado puro, ciervos salvajes junto a cabras montesas, jabalíes y otras poblaciones de fauna no típica como gamos o muflones. Sin duda, Cazorla tiene un encanto especial, especialmente en primavera y verano, estaciones que recomendamos para su visita.
Entre los pueblos de Cazorla destacan Quesada, La Iruela, Burunchel y Villarodrigo.
Úbeda
La historia del municipio de Úbeda se remonta a la edad del cobre, de la cual se han encontrado restos que han llegado a nuestros días. También hubo asentamientos visigodos e hispanorromanos que han dejado su huella en el paso del tiempo, convirtiendo a Úbeda en un lugar de obligada visita para los amantes de la historia de nuestra tierra.
La ciudad fue fundada como tal por Abderramán II y siempre ha estado marcada por su característica artesanía, legado de su etapa sefardí.
Podremos recorrer sus calles y encontrarnos con auténticas maravillas como la Sinagoga del Agua, La Capilla del Salvador y la Iglesia de San Lorenzo, sede de la Fundación Huerta de San Antonio.
Baeza
La ciudad de Baeza se encuentra en el centro geográfico de la provincia de Jaén, a 48 km de la capital. En la actualidad, es conocida por haber sido declarada, junto a Úbeda, ciudad Patrimonio de humanidad por la UNESCO, y fue una de las tres sedes de la Universidad Internacional de Andalucía.
Se puede decir que Baeza es el alma histórica de esta provincia, pues podemos encontrar varios monumentos de gran relevancia histórica y belleza arquitectónica como; la Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza, el Palacio de Jabalquinto, la Plaza del Pópulo y la Iglesia de la Santa Cruz.
También esta rodeada de bellos pueblos como; Begíar, Puente del Obispo, Jimena, Canena e Ibros.