La región italiana de Emilia-Romaña es conocida sobre todo por sus ciudades medievales y renacentistas, ¡ah! y por sus tradiciones culinarias. Pasta al huevo, embutidos, queso y más queso, es lo que caracteriza a la cocina regional de esta parte de Italia con capital en Bolonia. No es casualidad que muchos viajeros (y algún que otro italiano también) consideren a Emilia-Romaña como la mejor región para disfrutar de la comida italiana.
Aunque algunos viajeros suelen pasar de largo por esta región en su camino hacia destinos más reconocidos como Milán o Venecia, hacerlo implica perderse la oportunidad de explorar algunas de las ciudades más elegantes e históricas de Italia. La región en sí es geográficamente diversa, se extiende por la mayor parte del centro-norte de Italia e incluye una gran franja de costa del mar Adriático, el delta del río Po, vastas llanuras y un trozo de los Apeninos. Cada una de sus principales ciudades combina fascinantes sitios históricos con la autenticidad de su gastronomía, lo que hace que la visita merezca realmente la pena.
¿Eres un apasionado de la Fórmula 1? Lo sabemos, has abierto este post porque has conseguido convencer a toda la familia para poder visitar uno de los autódromos más famosos. Y es que si eres fan de Ferrari, no puedes dejar de visitar Imola, un lugar de peregrinaje para todos los tiffosi que sientan de verdad el escudo del equipo con mayor palmarés en la categoría reina.
7 lugares que no te puedes perder en Emilia-Romagna
Bolonia
La capital de la región de Emilia-Romagna, Bolonia, tiene mucho que ofrecer, desde el ambiente erudito de la universidad más antigua de Europa, hasta una economía próspera (la más sana de Italia), pasando por su centro medieval bien conservado y una cocina que incluso otros italianos consideran la mejor del país.
Bolonia es una gran ciudad para pasear, ya que su centro histórico está cerrado al tráfico de automóviles los fines de semana, y sus aceras están cubiertas de elevados pórticos arqueados para proteger a los peatones de las inclemencias del tiempo. Entre los lugares de interés destacan las Due Torri, dos altas torres de vigilancia medievales, una de las cuales tiene una marcada inclinación, y la Piazza Maggiore, una de las plazas más grandiosas de Europa.
Parma
La fértil campiña que rodea Parma la convierte en el granero de dos de los alimentos más apreciados de Italia: el prosciutto di Parma, un jamón curado, y el exquisito queso Parmigiano Reggiano. No te vayas de Parma sin probar estos dos manjares y tal vez comprar algunos para meter en la maleta.
Pero Parma es mucho más que jamón y queso. Tiene un precioso centro histórico con varias iglesias importantes, entre ellas su Catedral en la Plaza del Duomo y un baptisterio que data de finales del siglo XII, hecho de mármol rosa, muy cuqui si me preguntan. El Palazzo della Pilotta alberga varios museos, así como un teatro del siglo XVII construido enteramente en madera. El teatro fue destruido en su mayor parte durante los bombardeos aéreos de la Segunda Guerra Mundial, pero se reconstruyó después de la guerra.
Para que veas que los españoles estamos en todos lados, este conjunto de edificios históricos se llama Palazzo della Pilota, porque en el patio que alberga estos edificios, el patio del Guazzatoio, solían jugar los soldados españoles derivados en Parma a un juego de pelota, similar a la actual pelota valenciana o pelota vasca.
Módena
Como patria del querido tenor Luciano Pavarotti y del legendario fabricante de automóviles, Enzo Ferrari, Módena ostenta un rico legado cultural y gastronómico que la distingue. No puedes perderte la oportunidad de recorrer los museos dedicados a dos de los hijos más ilustres de Módena. La transformación de la casa de la infancia de Enzo Ferrari en un museo ofrece una visión única de su vida y de su pasión por el mundo de los vehículos de competición. Por otro lado, la casa museo dedicada a Luciano Pavarotti te sumergirá en la rica historia de la ópera italiana.
No cabe duda de que Módena tiene mucho de lo que presumir. Además de ser la cuna del prestigioso vinagre balsámico, la ciudad se enorgullece de albergar algunos de los restaurantes mejor valorados a nivel mundial. Una idea fantástica en tu paseo por esta turística ciudad es realizar una visita a una bodega para degustar el verdadero Balsamico Tradizionale.
Al planear tu visita, te sugeriría dedicar tiempo para explorar detenidamente el centro histórico de Módena, construido alrededor del siglo XII y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aquí, las calles empedradas y las plazas históricas te sumergirán en la atmósfera medieval de la ciudad.
Rávena
En los últimos tiempos del Imperio Romano, Rávena ostentó el título de capital de Occidente, consolidándose posteriormente como la capital del Imperio ostrogodo hasta que fue conquistada por Bizancio. Este tumultuoso pasado ha legado a la ciudad un extraordinario patrimonio artístico que, en la actualidad, la sitúa como un tesoro histórico. Rávena es reconocida mundialmente por sus basílicas paleocristianas y sus impresionantes mosaicos, que muestran la fuerte influencia del estilo bizantino.
Siete edificios de su centro storico son Patrimonio de la Humanidad, declarado por la UNESCO, al igual que otro de las afueras de la ciudad, como la Basílica de San’ Apollinaire in Classe. Puedes comprar un billete combinado para entrar en los lugares de Rávena más destacados. Dentro del centro histórico, además de las majestuosas basílicas, se encuentran la tumba del poeta Dante Alighieri, vestigios de la antigua Roma y otras iglesias de gran relevancia histórica y arquitectónica.
Ferrara
En la elegante ciudad amurallada de Ferrara se percibe claramente la huella de la noble familia Este, que gobernó la ciudad hasta el siglo XVII. La majestuosidad de su legado se materializa en el imponente Castello Estense de Ferrara. Este se alza dominante sobre la ciudad y puede verse desde varios miradores distribuidos a lo largo de los casi diez kilómetros de murallas, que pueden recorrerse a pie o en bicicleta.
Continuamos nuestro periplo por la ciudad medieval hacia la catedral de San Giorgio, una joya arquitectónica del siglo XII con un estilo predominantemente románico, cuya fachada se encuentra llena de grabados, los cuáles solo comprenderás si realizas una visita guiada por Ferrara que explique todos los entresijos de estos edificios y de los Este, la familia más influyente de la ciudad.
Rímini
Si en tu itinerario por Italia te apetece una escapada a la playa, dirígete a Rímini, una destacada estación balnearia en la pintoresca costa adriática. Esta animada ciudad no solo ofrece más de nueve kilómetros de playas de arena fina, sino que también invita a explorar su paseo marítimo repleto de bares, restaurantes, hoteles y tiendas.
Sin embargo, Rímini va más allá de su atractivo costero, ya que su centro histórico también es interesante, con ruinas romanas, una bonita plaza central y varios museos.
Piacenza
Si quieres ralentizar el ritmo de tu viaje y visitar una joya escondida y auténtica en la región de Emilio-Romagna, Piacenza es un buen lugar para hacer una parada, especialmente si estás en ruta hacia Milán o los pintorescos lagos di Como y di Lugiano. En el corazón de su centro histórico, la majestuosa plaza del Duomo y la plaza Cavalli te dan la bienvenida con su encanto auténtico. Estas plazas emblemáticas actúan como epicentro de una ciudad que alberga no solo la grandiosa catedral, sino también una serie de palacios e iglesias que te transportarán a épocas pasadas, revelando la rica historia de Piacenza.
Las tierras circundantes a Piacenza añaden un toque distintivo a su atractivo. Renombradas por su producción vinícola, esta zona es conocida por sus vinos tintos y blancos, lo que dota a Piacenza de una reputación vinícola que vale la pena explorar. Además, la tierra fértil no solo da vida a las vides, sino también a cosechas de arroz y maíz. La carne de cerdo, derivada de criaderos locales, se convierte en el ingrediente esencial de una variedad de embutidos que deleitarán tu paladar con sabores auténticos y tradicionales.